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Con este escenario que os he planteado os quiero contar lo rápido que evoluciona la tecnología y la sociedad en el mundo en el que vivimos. Hasta hace bien poco estábamos sorprendidos por ese nuevo invento revolucionario que significaban los ordenadores, el Internet. Ahora todos los hogares del mundo estaban conectados y toda la gente tenía una computadora en su casa. Esto no fue cosa menor, ha sido una gran herramienta de democratización que ha dado un puñado de herramientas y nuevas funciones que puede usar todo el mundo. Véase andar con fotografías digitales, editar vídeos, hacer documentos, conectarse online y hablar con otras personas lejanas (¿alguien se acuerda aún de los chats?) y sobre todo un acceso a una gran cantidad de información y un entorno de comunicación prácticamente sin censura de ningún tipo donde casi todo estaba permitido, algo mucho más controlado ahora. Los lectores más veteranos se acordarán perfectamente de lo que estoy narrando, incluso muchos se acordarán de tiempos aún más pretéritos que los que yo he vivido.
Sin duda el Internet de hace 15 años no era el mismo que el que es hoy. Ahora vivimos en un época con un mayor uso de redes sociales y donde Internet forma parte completamente de nuestras vidas, no es algo anecdótico ni ninguna novedad para nadie. Incluso cada vez más aparatos, incluso algunos que no parecen tener mucha relación con el tema también están conectados ya a Internet. Lo que han dado por llamar el Internet de las cosas. Esto también ha hecho que nuestra sociedad haya cambiado junto a los cambios tecnológicos, para bien o para mal.
Sin duda la tecnología no para de evolucionar, cada vez más barata y más potente. Por ejemplo mi móvil actual (un Xiaomi Mi9) le da mil vueltas al ordenador que tenía hace 10 años. Es un móvil con 6 gigas de RAM (mi ordenador de entonces tenía 1,5) y un procesador de 8 núcleos de 2,8 gigahercios (lo que serían aproximadamente 7 núcleos más y lo doble de hercios). Esto sin nombrar la cámara que le da mil vueltas a todas las cámaras digitales que había por la época. Estamos hablando de un aparato que no llega a los 300 gramos y coge en una mano contra una torre de ordenador que pasa holgadamente del kilo y ocupa un buen espacio en el escritorio. Como vemos la diferencia es muy notable, esto ha evolucionado muchísimo en los últimos años. Y esto es algo indudablemente bueno para la sociedad, aunque yo soy de los que opinan que tiene su lado negativo y habría que preguntarse cuantas empresas pueden llegar a competir en este mercado. Y el tema de las condiciones de los trabajadores que recogen los minerales necesarios para estos aparatos ya los dejamos para otro día. No quiero ponerme en plan sindicalista pero creo que es algo que cualquier consumidor debe conocer y plantearse de vez en cuando.
Antes lo que más lo petaban eran los ordenadores, ahora los móviles. Mucho se habló en su día del día en que Windows perdiera su hegemonía y dejara pasar a otras opciones. Algo que ya ha pasado en forma de muñeco de Androide, ¡quien lo hubiera vaticinado hace unos años!. Por ejemplo podéis ver en el blog Usando Tecnología este artículo de 2012 donde se habla de los tres rivales tradicionales a ser el sistema operativo más usado. Sin embargo desde entonces la situación ha dado un giro de 180 grados, y fue en 2017 cuando saltó todos por los aires y Android sobrepasó a Windows. Así por ejemplo era como nos lo contaban nuestros compañeros de Muy Linux.
Y ahora volvemos a nuestro presente. Estamos en una sociedad completamente conectada como ya decía antes donde el uso de móviles está completamente extendido. Los niños que nacen ahora (que no son muchos) lo hacen con un móvil o una tablet bajo el brazo. Las nuevas generaciones de nuestra sociedad están consumiendo esta tecnología desde que nacen, su buen o mal uso es vital para garantizar su correcto desarrollo para cuando sean adultos y parte activa de esta sociedad. Y digo esto porque creo que debemos tener un serio debate sobre el uso que le damos a la tecnología, es un arma de doble filo. Debemos usarla y aprovecharla para que nos facilité la vida pero no hacer que nos absorba y nos aisle. Tiene mucho potencial, pero mal aprovechada puede ser muy, pero que muy perjudicial. Por ejemplo yo creo que el acceso a la tecnología a los niños debe ser muy limitado pues es una época en la que no aporta tanto. Hay que cuidar también de las relaciones sociales y coger un libro de vez en cuando, no es bueno abusar de las pantallitas, a ninguna edad, pero mucho menos en menores de edad que aún se están formando.
Sin embargo quiero recalcar las cosas buenas que nos trae la tecnología. Tiene un enorme potencial, todo el mundo está conectado, todo el mundo puede aportar conocimiento e información, podemos hacer que la tecnología trabaje para nosotros. Es posible que nos podamos dedicar a cosas más importantes y aprovechemos mejor la vida, que al final eso es lo único importante. Si algo nos proporciona más estrés o nos empeora la calidad de vida (tanto a nivel individual como en sociedad) entonces eso es algo que no es positivo. Por eso es bueno usar la tecnología pero sin dejarse arrastrar por ella, simplemente usar un poquito la cabeza. Lo que está claro es que la tecnología seguirá avanzando y mejorando cada vez más, esta seguirá siendo la tendencia en el futuro y cada vez seremos una sociedad más avanzada y con mayores logros tecnológicos. En ese sentido estamos viviendo en una época muy brillante (aunque algunas personas puedan ennegrecerla un poco) y no me cabe la menor duda que cada vez la cosa irá a mejor y seremos cada vez más felices y viviremos más cómodos.
Os seré sincero, hago un poco esta entrada como un paralelismo con mi vida, que también ha cambiado en ese tiempo como lo ha hecho la tecnología y la sociedad. Llevo usando Linux desde el año 2008, hace 11 años con una versión de Ubuntu numerada como 8.04. Tenía de aquellas GNOME 2 y un artwork, unas imágenes muy chulas, por cierto.
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Hoy en día he cambiado mucho mis hábitos de consumo. El sistema operativo que más uso hoy en día es Android con diferencia. Aún tengo el ordenador pero no lo uso tanto como antes. Esto también ha repercutido en mi consumo de información sobre Linux e informática de ordenadores en general. Estoy ahora muy desconectado de todo esto, es muy raro que pruebe una distribución que no sea Ubuntu o derivadas y ya no soy tan curioso como antes con este tema, será que me hago mayor.
Es por eso que os comunico que yo, Boris, dejaré de escribir para este blog. Empezamos un 23 de Agosto de 2013 (que alguien me explique como han pasado 6 años tan rápido) y es ahora cuando decido que creo no aporto nada a este proyecto ya. El tiempo hace que todo cambie, ya no me apetece seguir escribiendo sobre Linux y software libre y la informática no me parece tan divertida como lo hacía antaño. Solo me queda agradeceros a todos los que habéis pasado por aquí en todo este tiempo. Los que habéis leído muchas o solo una entrada alguna vez. Sois vosotros los que hacéis que esto funcione y lo siga haciendo a partir de ahora aunque yo ya no siga aquí. Al final vosotros sois una parte vital de este proyecto, uno no escribe si no espera que alguien esté al otro lado leyendo.
Solo me queda agradeceros a todos todos estos años. Saber que os han podido resultar interesantes o útiles mis publicaciones en este blog me llena de mucho orgullo y satisfacción, como diría nuestro emérito. Gracias a todos por vuestra confianza, espero que os vaya todo bien y os dejo aquí con la pluma de dos grandes como son Victor Arjona y Santos Guizans. Tranquilos que Libernix no se quedará desierto ni mucho menos.
Muchas gracias por todo, no podéis imaginaros lo que ha sido escribir en este blog durante estos años para todos vosotros. Una experiencia que recordaré toda la vida y me ha marcado profundamente.
¡Muchas gracias a todos! ¡Y que viva el software libre!
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