sábado, 17 de octubre de 2015

¿Se puede curar la versionitis?

 Llevo ya unos cuantos años usando GNU/Linux, y como mucha gente, la puerta de entrada a este mundo fue gracias a Ubuntu. Por supuesto, la ansia de ver novedades y tener la última versión de todos los programas me llevaba a instalar las últimas versiones de Ubuntu a pesar de que algunas veces me enfrentaba a pequeños fallos.

 En mi afán de tener el software más reciente, me pase a Fedora, OpenSuse y alguna más. Después por supuesto el siguiente paso fue ArchLinux. ¿Pero se me curó la versionitis en ArchLinux?

 Para empezar habría que definir lo que es la versionitis. Yo lo definiría así:
La versionitis es la necesidad que tienen algunos usuarios de GNU/Linux por tener las últimas versiones de los programas instalados en sus ordenadores.
  Supongo que la definición es algo escueta y no se si afecta a usuarios de Windows o de Mac. A la pregunta antes mencionada, creo que la respuesta es sinceramente no.

¿Y por qué no?

Pues en mi caso se debió a más bien a problemas de estabilidad. Como he dicho, al principio ArchLinux me funcionaba la mar de bien, pero después de unos meses el sistema se volvía muy lento, tremendamente lento. Esto también me pasó con Manjaro, e incluso con Debian Testing (aunque en menor medida). Por lo tanto, por un lado tenemos la necesidad de estar a la última en cuanto a las versiones de software y por otro lado tenemos problemas de rendimiendo. Eso sin contar los posibles problemas que pueden surgir durante la actualización, sobre todo en ArchLinux y derivadas.

¿Como sigue la historia?

 Pues como siempre me ha pasado. Instalar un sistema estable, por ejemplo Ubuntu LTS, y aguantar algún tiempo para después volver a instalar otra distribución más actualizada.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

 Si, es cierto. Pero también es cierto que la vida cambia, y en estos momentos tengo poco tiempo libre por motivos personales. Por lo tanto necesito sentarme delante del ordenador y que todo funcione rápido y bien.

¿Se puede conseguir que funcione algo rápido, bien y durante mucho tiempo y al mismo tiempo tener las últimas versiones de todos los programas?

 En mi modesta opinión no. O por lo menos no he sido capaz de conseguir ese equilibrio entre tener la última versión de los programas y la estabilidad de una distribución estable.

¿Y como termina esta historia?

 Pues termina planteándome algunas preguntas: ¿necesito tener al última versión de la biblioteca X? ¿o la última versión de un programa que abro una vez cada mucho tiempo? La respuesta es sin duda alguna no. No lo necesito, quizá necesitaré tener la última versión de algún programa en concreto que tiene un cambio sustancial, pero es un programa o quizá dos, o como mucho tres.
 Así que ya llevo un par de meses con Ubuntu LTS instalado en el ordenador, añadiendo sólo dos ppa, uno para tener la última versión de LibreOffice (aquí si que hay un gran salto a la versión instalada por defecto en Ubuntu) y la última versión de Gambas, ya que la versión que viene en los repósitos de Ubuntu tiene un bug muy molesto.

¿Y eso es todo?

 La conclusión a la que he llegado es que la versionitis es totalmente incompatible con la falta de tiempo libre y que realmente no necesito tener la última versión de todos los programas que uso. Así que si, la versionitis se puede curar.

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